El término “biodiversidad” se refiere a la variedad de formas de vida en un hábitat, ya sea un entorno local o de todo un planeta. La mayoría de las especies que componen nuestra biodiversidad planetaria están aún poco estudiadas, o son completamente desconocidas, los expertos estiman que pueden haber por lo menos cuatro veces más especies complejas (eucariotas) vivas en nuestro planeta, que los 1,9 millones que ya se han descubierto y nombrado, posiblemente aún más.
A pesar de que cada vez somos conscientes de la enorme biodiversidad de la Tierra, también estamos en medio de una crisis de biodiversidad, con especies extinguiéndose a un ritmo que rivalizan con los de las mayores extinciones masivas de la historia de la Tierra. Por lo tanto, aunque la definición del término “biodiversidad” es simple, de hecho, encierra parte de los mayores retos para la humanidad (y la ciencia).
Son muchas las razones por la que la comprensión y la preservación de la diversidad biológica son importantes. Por encima de todo, cada especie es única en su historia de evolución y función ecológica, por lo que en conjunto son un recurso mundial, como una biblioteca que preserva el patrimonio de la vida misma.
Resiliencia ecológica. La continuación de la vida en su conjunto es dependiente de la presencia de una variedad de especies diferentes, capaces de realizar una variedad de funciones bajo una variedad de circunstancias. En el primer capítulo de su obra clásica sobre la biodiversidad, la diversidad de la vida, el entomólogo Edward O. Wilson describe una violenta tormenta en la selva de Brasil, y la forma en que el bosque se restablece después de sufrir daño físico, un proceso que puede ocurrir debido a que una diversidad de especies están presentes, para adaptarse hábilmente a los daños y reconstruir el medio ambiente.
Esta función de la biodiversidad es también relevante en los sistemas hechos por el hombre, tales como la agricultura. Cuando dependemos de sólo uno, o unos pocos tipos de cultivos, el suministro de alimentos se vuelve vulnerable a enfermedades, plagas y condiciones climáticas extremas. Un famoso ejemplo del peligro de la biodiversidad agrícola fue la hambruna irlandesa de 1845, durante la cual las especies individuales de papa que consumía la población, fue eliminada por el hongo del tizón.
Los pensadores ambientales, desde Aldo Leopold hasta Michael Pollan, han reconocido la importancia de la diversidad biológica como un seguro contra el hambre. Mientras más especies están disponibles, más probable es que exista alguna adaptada para manejar nuevas amenazas, perturbaciones o necesidades humanas.
Servicios del ecosistema. Los servicios de los ecosistemas son los beneficios que las personas reciben de los ecosistemas que funcionen bien. Los seres humanos dependemos de los ecosistemas naturales para purificar el agua y el aire, mantener la estructura de los paisajes, evitar la erosión del suelo, desintoxicar y descomponer los residuos, entre otros servicios. Estos beneficios se ven reforzados por la diversidad de los sistemas involucrados. Las pesquerías marinas dependen de la diversidad a fin de que las poblaciones de peces puedan mantenerse lo suficientemente robustas como para proporcionar una fuente sostenible de alimentos. La diversidad y abundancia de los ecosistemas naturales permiten el florecimiento de especies de polinizadores silvestres, que también pueden polinizar los cultivos.
Innovación natural. La historia está llena de ejemplos de productos e inventos útiles para los seres humanos que originalmente vinieron de otras especies. La penicilina, el primer antibiótico ampliamente utilizado, se descubrió cuando el microbiólogo Alexander Fleming observó que el moho que contamino uno de sus desechados experimentales, eliminó a las bacterias del experimento. Hoy en día, los venenosos caracoles cono, en peligro de extinción, están siendo investigados para obtener ideas sobre cómo desarrollar analgésicos y otros fármacos, y las observaciones de las superficies resbaladizas de las plantas de jarra les han permitido a los ingenieros inventar nuevos métodos de lubricación en los productos sanitarios y el transporte. A medida que más especies se estudian, más ideas aparecen para encontrar soluciones a problemas médicos, científicos y de ingeniería.
Cultura y estética. Tanto la sociedad como los individuos, valoramos a la biodiversidad por ser hermosa, interesante, inspiradora y provocadora. Las especies conocidas pueden tener significados culturales, ofreciéndole a las personas un sentido de historia y tradición cultural, por ejemplo, determinadas especies de plantas son utilizadas en las cocinas regionales (como el ají), símbolos nacionales (por ejemplo, el águila calva o el panda gigante) o como identificadores de una comunidad (por ejemplo, las mascotas de equipos deportivos). Las especies menos conocidas nos proporcionan un sentido de maravilla y emoción a través de entretenimientos tales como documentales sobre la naturaleza y actividades de ocio, como senderismo y la observación de aves.
Valor intrínseco. Algunos creen, que en un principio filosófico y ético, que todas las criaturas vivas tienen un valor intrínseco en sí mismos, independientemente de su utilidad para los seres humanos. Desde el punto de vista de la conservación, esto significa que los seres humanos tenemos la responsabilidad de proteger el derecho de las demás especies que existen en nuestro planeta. Desde un punto de vista científico, esto significa que otras especies son dignas de estudio, simplemente porque su condición de seres vivos las hace relevantes.